domingo, 6 de julio de 2008

Protocolo de la Conferencia deWannsee

Esta conferencia sobre la solución final tuvo lugar el 20 de enero de 1942 en Berlín.
Se abrió la reunión con la declaración del Jefe de la Policía de Seguridad del SD, el SS Obergruppenfuhrer Heydrich, quien anunció su nombramiento por le Mariscal del Reich, como Delegado para la preparación de la solución final de la cuestión judía en Europa. Señaló que la conferencia fue convocada con objeto de clarificar ciertas cuestiones de principios.

La demanda del Mariscal del Reich pidiendo que se realice un proyecto de plan relativo a los aspectos prácticos, económicos y organicionales de la solución final de la cuestión judía europea, requiere una deliberación previa y conjunta de todas las agencias centrales directamente involucradas en estas cuestiones.
Los elementos más importantes son:
*obligar a los judíos a salir de las distintas áreas de la vida del pueblo alemán
*obligar a los judíos a salir del espacio vital del pueblo alemán


Para alcanzar estos objetivos, se dio impulso a la emigración acelerada de los judíos de la zona del Reich. En enero de 1939, se instituyó una oficina central del Reich para la emigración judía. Sus tareas fueron principalmente:
* tomar medidas para preparar una emigración incrementada de los judíos
* encauzar el flujo de emigración
* acelerar la emigración en los casos individuales
El objetivo de esta tarea fue limpiar el espacio vital alemán de los judíos, de forma legal.

Los inconvenientes ocasionados por tal forma de emigración, intensamente acelerada, eran claros para todas las autoridades, pero al carecer de otras posibilidades de solución, se debía aceptar momentáneamente.

Durante el período que siguió, el tratamiento de la emigración no constituyó un problema únicamente alemán, sino que las autoridades de los países de destino o de emigración también tuvieron que ocuparse de ello, las dificultades financieras así como la falta de literas en los barcos y las restricciones cada vez mas rígidas o las prohibiciones de inmigración, entorpecieron considerablemente los esfuerzos de emigración.

A pesar de estas dificultades, un total de aproximadamente 537.000 judíos fueron obligados a migrar, desde el ascenso al poder el 31 de octubre de 1941.
Los mismos judíos o las organizaciones políticas judías asumieron la financiación de la emigración. Para evitar que los judíos proletarizados permanecieran atrás, se tomo como principio que los judíos ricos debían sufragar la emigración de los judíos sin medios; para este fin, impuso una cotización especial o impuesto de emigración proporcional a la riqueza para cubrir las obligaciones financieras de la emigración de los judíos indigente. Además de los fondos recaudados en marcos alemanes, se necesitaros divisas extranjeras para el dinero que los emigrantes necesitaban mostrar a su llegada al extranjero y para las tasas de desembarque. A fin de conservar los fondos en divisas extrajeras, las organizaciones judías de este país convencieron las instituciones financieras judías del extranjero que ellas mismas se hicieran responsables de la recaudación de las sumas requeridas en divisas extrajeras.

Mientras tanto, dado los peligros de la emigración en tiempo de guerra, se prohibió la emigración de judíos.
Actualmente, con la previa autorización del Fuhrer, la evacuación de judíos hacia el este remplazara la emigración, como posible solución adicional.
Estas operaciones son opciones provisionales, pero ya se aplican las experiencias prácticas que tienen una importancia significativa para la próxima solución final de la cuestión judía.

En esta solución final se tomaran en cuenta aproximadamente 11 millones de judíos distribuidos en distintos países.
En Grecia, había 69.600 judíos.
Durante al solución final, se deberá conducir a los judíos al servicio de trabajo al este. En grandes columnas de trabajo y separados por sexo, se trasladara a esas zonas a los judíos capaces de trabajar, para que construyan carreteras; no hay duda alguna de que se perderá a una gran proporción de ellos como consecuencia de una selección natural. Los que queden necesitarán un tratamiento adecuado, porque sin duda representan la parte físicamente mas resistente y con su liberación, se podrían trasformar en el germen de una resurrección judía.


Durante al ejecución de la solución final, Europa será revisada a fondo desde el oeste hasta el este. Primeramente, los judíos evacuados serán trasladados por trenes hacia los denominados ghettos de transito, con el fin de transportarlos luego al este.

En el ghetto de judíos ancianos, Theresienstadt, admitirá a los judíos lisiados de guerra, así como a los judíos con condecoraciones de guerra. Esta solución apropiada eliminara de una vez numerosas solicitudes de excepciones.



FUENTE: "El Holocausto en documentos"


jueves, 3 de julio de 2008

Rodas y Salónica: estallido de la guerra



El gobierno griego intentó mantenerse neutral con el estallido de la guerra.
Los italianos exigieron que sus tropas pudieran entrar al país, y ante su negativa, Italia invadió Grecia, encontrándose con una gran resistencia de parte de su ejército. Las dificultades en el frente griego llevaron a Hitler a participar de la lucha para reforzar el frente sur antes de la invasión proyectada a la Unión Soviética. Después de difíciles combates, en los que los británicos apoyaron a los griegos, el país fue conquistado por las fuerzas del “Eje”. Grecia fue dividida tres zonas de ocupación:
Las regiones meridionales: incluida Atenas, fueron entregadas a control italiano
Las regiones septentrionales: incluido el puerto de Salónica, pasaron a control alemán.
Búlgaros: recibieron la mayor parte del territorio de Tracia y Macedonia




En Grecia vivían alrededor de 76000 judíos, la mayor parte de ellos residían en Salónica, que quedo bajo dominio alemán. Salónica fue durante generaciones en centro de vida y creatividad del judaísmo sefardí, siendo conocida por sus Ieshivot (academias de alto estudio religioso), por sus bibliotecasy sus imprentas dedicadas durante siglos a la impresión de literatura sacra. En las épocas de auge de la comunidad, hasta la Primera Guerra Mundial, vivían en la ciudad alrededor de 80000 judíos que representaban la población total de la ciudad. Los judíos eran activos en todas las áreas de la economía, a tal punto que el puerto de Salónica no trabajaba los sábados ya que la mayor parte de los estibadores eran judíos. A partir de dicha guerra con la anexión de Salónica a Grecia, decayó la comunidad judía. Los griego que eran minoría en la ciudad trataron de dominar la economía. La vida d e la comunidad y el número de sus integrantes se estabilizó nuevamente en los años previos a la Segunda Guerra mundial. Todo esto fue destruido con la ocupación alemana.

Muchos de los judíos de Salónica fueron llevados a trabajos forzados en el verano de 1942. En esa oportunidad sufrieron de denigraciones y abusos y lo reflejan con el nombre “el sábado negro”. Los judíos que se presentaron fueron enviados a difíciles trabajos de construcción, en el transcurso de los cuales muchos murieron y otros sufrieron de agotamiento y enfermedades. La comunidad tuvo que pagar altos rescates para poder liberarlos. En enero de 1943 los representantes de la SS comenzaron a incrementar la “solución final” en el territorio de Grecia. Los judíos recibieron la orden de concentrarse en determinados barrios de la ciudad, les fue impuesta la obligación de usar la insignia amarilla y el toque de queda en las noches. Asimismo debían identificar sus comercios y oficinas y declarar y registrar todas sus pertenencias.

El 15 de marzo de 1943 salió el primer transporte de judíos de Salónica hacia Auschwitz. Durante los meses de marzo y abril, fueron enviados a Auschwitz-Birkenau 48000 judíos de Grecia. La mayoría de ellos fue asesinada inmediatamente y sólo 11000 permanecieron allí como prisioneros.
Los judíos de Grecia, tuvieron grandes dificultades: les resultaba muy difícil adaptarse al frío y se vieron ante serios problemas de comunicación, ya que nadie entendía su idioma. Parte de las mujeres fueron trasladadas al bloque de experimentos médicos en Auschwitz. Cientos de judíos salvaron sus vidas gracias a la intervención de los empleados del consulado de italiano de la ciudad, que les suministraron documentación italiana falsificada que le permitía pasar al lado italiano.
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La administración civil y militar se negó a entregar a los judíos en la zona de ocupación italiana, pero con la rendición de Italia en septiembre 1943 también esas áreas pasaron a estar bajo dominio alemán.
El rabino de Atenas se opuso rotundamente a colaborar con los nazis y actuó a favor de la fuga de judíos hacia las montañas con la ayuda de los partisanos y de la residencia local. Cuando llegaron estas noticias de lo que pasaba en esta zona de ocupación alemana, los judíos buscaron refugio y los griegos los ayudaron a encontrar lugares de escondite.
De los datos conocidos, 54000judós de Grecia fueron enviados a Auschwitz y sólo un pequeño porcentaje d e ellos, alrededor de un 5% logró sobrevivir.

Testimonio de Sarah Jerusalmi

Crecí en el barrio judío de Rodas, un lugar muy lindo y limpio, rodeado por unamuralla, con varias sinagogas. Eramos como una gran familia. La mía era grande: tenía cinco hermanos, de los cuales cuatro habían dejado Rodas antes de la guerra. Los tíos de mis padres tenían bancos. Ellos construyeron una escuela, la “Joseph Notrica”, que todavía existe. En general, antes de la llegada de los nazis había poco antisemitismo, aunque recuerdo que –a veces– los griegos nos tiraban piedras cuando íbamos a caminar fuera de la muralla, algún sábado. El antisemitismo llegó en 1939, un año antes que la guerra, y ya no nos permitieron asistir a las escuelas estatales. Decidimos reunirnos con mis hermanos en el Congo, pero fue demasiado tarde: no había más barcos. Tuve que comenzar a trabajar porque ellos ya no podían hacernos llegar dinero. El negocio de mi padre se resintió porque fue imposible importar productos y, además, no tenía buena salud. Sufrimos mucha hambre, y esto es algo que no puedo olvidar. Cuando teníamos pan, mi madre prefería dárselo a mi hermano Salvatore y no a mí porque era mujer. Pasamos un tiempo difícil, pero –a pesar de ello– mantuvimos el cashrut. Recuerdo que, en Pésaj, mi padre fue al pueblo para hacer la harina, y mi madre preparó con ella la matzá. Luego sucedió el “Pésaj negro”: un terrible bombardeo cuando la gente retornaba del templo. Murieron unas diez personas, y nosotros corrimos fuera de la muralla, así que cuando bombardearon, ni siquiera estábamos en nuestras casas.La primera vez que vi nazis en Rodas fue en 1943, antes de ser deportados.Nos aterrorizaban. Los italianos habían dicho que nos protegerían, pero cuandolos alemanes tomaron el poder de la isla, en julio de 1944, supimos que era elfin para nosotros, ya que no había posibilidad de salir de la misma. Un día se les pidió a los hombres que llevaran sus documentos de identidad, y los nazis los detuvieron. Mi hermano tenía tan sólo 16 años. Cuando mi madre fue a preguntar por qué los retenían, le dijeron que si quería estar con ellos, debía ir a casa y regresar con sus pertenencias. Fue así que tomamos nuestras joyas, algo de comida y ropa, y nos reunimos con los hombres. Fue sólo cuando estuvimos adentro que nos dimos cuenta que ése era nuestro fin, ya que nos confiscaron las joyas y comenzaron a golpear a la gente porque los que estaban adentro querían comunicarse con los de afuera. ¡Teníamos tanto miedo! Fue como una pesadilla. No nos permitían acercarnos a las ventanas para ver qué era lo que sucedía. Nada nos estaba permitido hacer. Fue terrible. Sólo nos dieron agua y café. Estuvimos allí alrededor de dos semanas. En el ínterin, el cónsul turco vino para llevarse a todos los ciudadanos de esa nacionalidad.Nos ubicaron en un pequeño barco abierto, sin cabinas y a cargo de tres alemanes. Nos dirigimos hacia el Pireo, en Grecia. Los alemanes se llevaron mis gafas. Detrás de nosotros estaba un hombre ciego, que comenzó a clamar por su hija Johanna. Vino entonces un nazi, y lo mató.Cuando llegamos al Pireo nos mantuvieron en bloque, bajo condiciones miserables. Como alimento sólo nos daban sopa, sin pan. Fue allí que muchosmiembros de nuestro grupo murieron. Una de las cosas que siempre recordaré es el viaje de Atenas a Auschwitz, en vagones de ganado. Nos trataron como animales, sin agua ni comida. Lo que sucedió en aquellos vagones estaba por debajo de cualquier nivel de dignidad humana. Ya podíamos sentir que íbamos hacia la muerte. Fue el hecho más terrible de mi vida. No podíamos respirar porque sólo teníamos una ventana pequeña. Debíamos estar acostados uno encima del otro, con mujeres, ancianos y niños llorando. Muchos murieron en esos vagones, y cuando llegábamos a las estaciones, los oficiales alemanes los arrojaban afuera, como si fueran sacos de basura. No tenían sentimiento de compasión alguno.En las estaciones, las puertas de los vagones eran abiertas un poco para permitir la entrada de aire fresco. Recibíamos algo de agua de vez en cuando, pero –por supuesto– era insuficiente para la cantidad de gente que había en los vagones. Algunas veces tomaban su propia orina. La poca comida que nos habíamos llevado de Rodas la usamos principalmente en el viaje hacia Atenas y allí mismo, donde tuvimos que esperar dos semanas el arribo del otro tren. Recuerdo haber masticado unos pocos porotos secos. A veces podíamos conseguir un pan para compartir entre todos los prisioneros (éramos unos cien por vagón). Cuando finalmente llegamos a Auschwitz, una noche después de un mes de haber partido de Rodas, nos hicieron poner en fila, separando a los hombres de las mujeres y los niños. Esta escena de la selección, con la separación de padres y niños, los gritos, los lamentos, el castigo a los ancianos, la brutalidad... nunca la olvidaré mientras viva.Todos los seleccionados para trabajar fuimos llevados a la sala de desinfeccióny duchas. Nunca más volvimos a ver a nuestros padres y madres. Nos dieronun jabón para lavarnos, afeitaron nuestra cabeza, se llevaron nuestras ropasy nos dieron –en cambio– unas viejas y zuecos, independientemente del tamaño. ¡A ellos qué les importaba! Me tocó una chaqueta corta, mientras que a alguien que era de baja estatura le tocaron pantalones muy largos.¡Y pensar que cuando llegamos creíamos que íbamos a comer una comida decente porque olimos carne asada! No teníamos idea de que ése era el olor de la cremación, como nos dijo después un SS riendo: “Es el olor de vuestros padres e hijos”.Esa fue la peor conmoción, lo más difícil de entender, lo más duro de creer,lo que anestesió nuestros sentimientos. Sin darnos comida, nos llevaron hacianuestro bloque, donde otras internas estaban durmiendo apretadas, peor que las sardinas en la lata. Nos impactó que los alemanes tuvieran la audacia de alojarnos junto con hombres, ya que todo lo que veíamos eran cabezas rapadas. Luego nos dimos cuenta de que ése era un bloque de mujeres y que, sin pelo, también parecíamos hombres.Entramos al bloque llorando porque nada habíamos comido ni bebido en todoel día. Pensamos que –por lo menos– podríamos acostarnos y dormir un poco,pero las cinco fuimos empujadas a un solo camastro, con una sola manta paracompartir. A las dos de la mañana pudimos finalmente acomodar nuestras cabezas, para ser despertadas a las cuatro para un pase de lista fuera de la barraca. Sin habernos dado aún comida, fuimos enviadas directamente al trabajo. Todo el tiempo podíamos sentir el olor a carne quemada, pero todavía no sabíamos qué era, así como tampoco acerca de nuestros parientes y amigos. Cuando le preguntamos a un oficial alemán si comeríamos, nos dijo que la única carne disponible era la de nuestros padres.Esto fue una conmoción enorme para mí. Destrozó totalmente mi corazón. Apartir de ese momento comprendí que esa gente estaba ahí para terminar connuestras vidas y la de nuestra gente. Fue en ese momento que me dije a mímisma: “Sarah, no permitas que te destruyan. Tienes que luchar y permanecerviva para contarle al mundo lo que has visto”.Y así fue. Hice todo lo humanamente posible por sobrevivir, desde robar algode la cocina hasta cantar para los oficiales por una ración extra de pan... ¡Lascosas que he hecho por subsistir!Sobrevivir era vital para contarle al mundo lo que esa gente era capaz dehacer. Recibí mi fortaleza de mi fuerte fe en D’s. Muchas veces estuve cerca dela muerte, pero pude salvar mi vida.Una mujer húngara, con dos hijas, tenía un trozo de cera que derretían cadanoche de Shabat, y entonces todas las chicas rezaban junto con ellas: “D’s, porfavor, permítenos ver otro Shabat con nuestras familias”. Prendíamos la veladentro del bloque. Ese era justamente el símbolo del Shabat y la única cosa propia que teníamos y que a todas nos hacía llorar. Supimos cuándo fue RoshHashaná, y cuando llegó Iom Kipur ayunamos. No teníamos mucho para comer, pero a pesar de ello, ayunamos. No rezamos, nada hicimos.Teníamos que dormir de ocho a diez en un camastro. Las chicas se peleabanpor la manta; algunas cortaban pequeños trozos para hacerse ropa interior. Entre nosotras había robos; había dos chicas que habían llegado antes y eran muy experimentadas. No nos tenían lástima y casi nunca nos daban un consejo, una ayuda o una muestra de compasión. La gente que no podía trabajar era enviada a la zona de los enfermos, y nadie los volvía a ver. ¡Parecer sana era fundamental! Recuerdo que una vez tenía un dolor horrible en la pierna, y una chica de la que me había hecho amiga, una enfermera belga, me dio una inyección para aliviarme. Desgraciadamente, la aguja estaba infectada y se me hizo un enorme absceso. Tuve la suerte de que el alemán se dio cuenta de que no estaba en el Appel y vino a preguntarme qué me pasaba. Le conté que me había raspado la pierna con un clavo oxidado en la cocina, así que me mandó a ver al médico para recibir el cuidado adecuado.Un día vi que mi hermano lloraba de hambre. Me dijo que se moriría allí yque nada para comer tenía. Lo consolé, le dije que me haría cargo de él y letraje una manta porque estaba helado. Traté de “organizar” algo para mi hermano. Un alemán me pescó y me hizo permanecer parada en la entrada, sosteniendo cuatro ladrillos con las manos sobre la cabeza. Pensé que me desmayaría, pero pude mantenerme. Afortunadamente pasó otro oficial y me preguntó: “¿Qué está haciendo aquí?”. Le contesté: “No sé qué estoy haciendoaquí”, y me respondió: “¡Raus, raus, váyase a su bloque!”. Fue milagroso quehubiera podido volver viva; nadie lo podía creer. Más adelante escuché que mihermano trabajaba en una mina y había comido un trozo de carbón, que lohabía envenenado.Recuerdo que un día me llevaron a un lugar donde se había producido unbombardeo y teníamos que limpiar todas las cosas que habían quedado desordenadas. Era un día de noviembre, estaba oscuro y con niebla. No sé a cuántos kilómetros quedaba este lugar de Auschwitz, quizá cinco. Nadie podía tomar una herramienta en sus manos porque nada se veía a causa de la niebla. Vimos un establo con caballos cerca y le dije a mi amiga: “Vamos allá, al menos estará caliente, y los alemanes no podrán vernos por la niebla”.Cuatro de nosotras entramos y vimos a un pequeño niño alemán, con dos cabras. La madre nos vio desde una ventana y nos mandó pan, papas y salame. Recuerdo que el niño nos dijo: “Mi madre les envía esto, a nadie le cuenten que se los dimos”. Comimos y luego nos tiramos de espaldas sobre nuestras chaquetas. Esa fue la única vez que pensé en escapar, pero nos dimos cuenta de que cuando hicieran el conteo y se dieran cuenta de que faltábamos, nos perseguirían con los perros y, finalmente, nos encontrarían. Pero nunca olvidaré ese gesto.El nuestro fue uno de los últimos trenes que arribó a Auschwitz; al poco tiempode nuestro arribo, el crematorio dejó de funcionar. Tenía tanto miedo de quepudieran enviarme allí, porque cada día perdía más y más peso, que para parecer más sana y fuerte frotaba raíces de remolacha en mis mejillas. En Auschwitz, luego de una de esas selecciones, fuimos enviadas al Lager VII, que era un campo pequeño. En el tren nos dieron mantas porque estaba helando. Cuando las agarramos nos dimos cuenta de que estaban llenas de piojos y pulgas. Cuando llegamos fuimos directamente a la desinfección.El Lager VII sólo alojaba a unos doscientos prisioneros, y en lugar del crematorio había una fosa común. El comandante era muy bueno. Afortunadamente me enviaron a trabajar a la cocina para limpiar ollas. Tenía suficiente comida para mí y para llevarle a mis amigas y a mi prima. Fue la primera vez que empecé a sentirme un ser humano, con la esperanza de sobrevivir. Ya no tenía que llevar ladrillos de un lugar a otro, o remover los escombros producidos por los bombardeos, o despejar las vías del tren durante todo el día. ¡Los prisioneros eran la mano de obra más barata! El trabajo no era insoportable, pero sí lo eran las condiciones y el tratamiento que recibíamos en los campos.Un día vi que estaban trasladando en un carro a cinco chicas rodeslíes, prácticamente moribundas. Durante un corto tiempo me las arreglé para robar bastante comida de la cocina para ellas, y paulatinamente se fueron recuperando.Un día era una papa, otro día una remolacha. Una vez, cuando salía de la cocina, escondí un trozo de carne debajo de mis pantalones y un SS me preguntó: “¿Adónde va?”. Le contesté: “Voy al baño”. El dijo: “Bueno, vaya rápido”. Si hubieran encontrado el trozo de carne, podrían haberme matado. Hoy, la mayoría de esas chicas están vivas y bien.A medida que nos acercábamos al final de la guerra nos enviaron a los LagerXII y V, y la organización del campo empezó a deteriorarse. Una noche, unachica joven vio a su madre detrás de la alambrada de púas y corrió para hablarcon ella. Estaban tan emocionadas que no escucharon el silbato para el Appel.Los alemanes fueron insensibles y ordenaron que fueran electrocutadas en laalambrada de púas.Recuerdo que, en el último de los campos, vivíamos con la incertidumbre desaber qué harían con nosotros. Una noche, los alemanes nos dijeron que estaban llegando los norteamericanos y que le prenderían fuego a todo el campo. Esperábamos ansiosamente, sabiendo que no podríamos escapar de esa situación.A la mañana siguiente escuchamos las órdenes de los SS para que nos apuráramos y saliéramos a los caminos. Durante tres días y tres noches nos llevaron caminando. Los aviones aliados volaban sobre nosotros, pero no nos bombardeaban porque podían ver nuestros uniformes de prisioneros.Finalmente llegamos a Dachau. Aunque no había más selecciones, la gentecontinuaba muriéndose de hambre, enfermedad y fatiga. Una mañana, nos levantamos y el silencio era sepulcral. Salimos y vimos la llegada de los norteamericanos.¡Era la liberación! Trajeron consigo una enorme cantidad de pan.Desafortunadamente los hambrientos prisioneros atacaron la comida como moscas; muchos comieron tanto que realmente explotaron. Eso para mí fue lo peor.Luego de todo ese sufrimiento, la pesadilla no había acabado: la gente seguíamuriéndose de enfermedades como el cólera y el tifus.Luego de la llegada de los norteamericanos hice todo lo que estuvo a mi alcance para salir lo más rápido posible. Nos habían dicho que los italianos serían los últimos en ser repatriados, y no podía esperar más. Me las arreglé para salir con el grupo de prisioneros belgas. Cuando se dieron cuenta de que nunca había estado en Bélgica, me enviaron a París, a un campo especial para sobrevivientes.Luego les envié un cable a mis hermanos en el Congo, y me reuní con familiares que habían emigrado desde Rodas, quienes me recibieron en sus casas. La vida había comenzado a sonreírme nuevamente. Luego de ocho meses, durante los cuales fui bien cuidada, me reuní con mis hermanos. Este encuentro fue muy especial y emotivo. Cuando el avión aterrizó, estaba tan entusiasmada y sorprendida de que mi sueño se hiciera realidad que a duras penas pude bajar.Hay algunas pesadillas que me persiguen y continuarán persiguiéndome porel resto de mi vida. ¡Estas cicatrices son para siempre! Sin embargo, hay sobrevivientes que han llegado a apreciar mucho la vida. Lo que viví en el Congo, luego del Holocausto, con familiares y amigos que me mimaban, fue como haber nacido de nuevo. ¡Fue como haber ido del Infierno al Paraíso!Me he preguntado sobre el significado del sufrimiento, si servía para algo.Nunca he mirado para atrás. Siempre quise ir hacia adelante. Sin embargo, nome avergüenza decir que no puedo estar con alemanes. Simplemente, no puedo borrar todo lo que me sucedió y a mi gente.


FUENTE: www.fmh.org.ar/revista/27/Nuestra%20Memoria%2027.pdf

Salónica

Ciudad y puerto importantes en Macedonia, en el noreste de Grecia continental. Los alemanes invadieron Grecia en abril de 1941 y el 9 de ese mes conquistaron Salónica; en ese momento había 50.000 judíos en la ciudad. En el lapso de una semana los nazis arrestaron a los líderes comunitarios judíos, confiscaron viviendas, clausuraron periódicos y se apropiaron del hospital judío para que fuera utilizado por las tropas alemanas.

Durante abril y mayo, el Einsatzstab Rosenberg, una organización establecida para el robo sistemático de obras artísticas y culturales pertenecientes a judíos europeos, saqueó metódicamente las bibliotecas judías y los tesoros culturales de Salónica. La mayoría de esos objetos fueron enviados a Frankfurt, donde los nazis estaban montando una biblioteca de investigación judía.

Durante los 14 meses siguientes, los nazis no ordenaron ninguna medida específicamente antijudía. Pero en invierno de 1941-1942, la comunidad judía de Salónica sufrió de hambre y más de 600 judíos murieron a causa del frío y las enfermedades.El 11 de julio de 1942, 9.000 varones judíos de 18 a 45 años de edad fueron forzados a congregarse en la Plaza Libertad,la principal de la ciudad. Alrededor de 2.000 fueron enviados a realizar trabajos forzados para el ejército alemán. Hasta octubre de ese año, 250 habían muerto. El resto de los hombres fue devuelto a sus casas a cambio de un rescate entregado al Dr. Maximilian Merton, asesor de la administración militar alemana en Macedonia. Las comunidades judías de Salónica y Atenas pagaron una parte del rescate; el resto provino de la transferencia del cementerio judío de Salónica (de 500 años de antigüedad) a la municipalidad de la ciudad, que utilizó las lápidas como material de construcción.

Posteriormente se construiría una universidad sobre las ruinas del cementerio.En diciembre de 1942 se estableció un Judenrat. El Dr. Zvi Koretz, Gran Rabino de Salónica, fue designado presidente del mismo y representó a la comunidad en las negociaciones con Dieter Wisliceny y Alois Brunner, los oficiales de las SS enviados por Adolf Eichmann en febrero de 1943 para supervisar la deportación de los judíos de Salónica. Los investigadores disienten en la evaluación de su desempeño como presidente del Judenrat.A partir del 8 de febrero de 1943, Merton difundió diversos decretos que ponían en vigencia las Leyes de Nuremberg.

Los judíos fueron confinados en un gueto en el barrio Barón Hirsch de la ciudad, situado cerca de la estación ferroviaria, como etapa previa a la deportación. Entre el 20 de marzo y el 18 de agosto de 1943 llegaron a Auschwitz-Birkenau alrededor de 20 transportes con 43.850 judíos de Salónica y la mayoría fue inmediatamente gaseada. De los 1.200 que sobrevivieron las primeras selecciones, la mayor parte murió posteriormente. Algunas de las mujeres fueron utilizadas como conejillos de Indias en experimentos médicos pseudo-científicos de esterilización. El rabino Koretz, el Judenrat y la policía judía fueron llevados en agosto a Bergen-Belsen.Algunos judíos de Salónica se salvaron: los que poseían pasaportes españoles, italianos, turcos o de otras nacionalidades; 367 personas que recibieron la ciudadanía española y llegaron a España vía Bergen-Belsen; y los pocos centenares ayudados por el gobierno de Italia a escapar al territorio bajo su ocupación o que recibieron ciudadanía italiana, lo cual generó un conflicto entre los italianos y sus aliados alemanes. Además, algunos judíos de Salónica lograron llegar a Éretz Israel (Palestina) con la ayuda de partisanos.Centenares de judíos de Salónica sobrevivieron los campos de exterminio y de trabajo. Después de la guerra muchos de ellos retornaron a la ciudad junto con quienes se habían ocultado en las montañas y los que se habían unido a los partisanos. En 1945 había 1.950 judíos en Salónica. Durante la guerra civil griega en los años siguientes, muchos de ellos, atacados como “comunistas”, emigraron a Israel, Estados Unidos y Sudamérica.
Salónica,Grecia,1945, lapidas rotas y
huesos en el destruido cementerio judio


FUENTE: http://www1.yadvashem.org/education/entries/Spanish/43.asp

Rodas: poblacion judia

La ciudad de Rodas llegó a ser habitada por más de 5000 judíos quevivieron dentro de las murallas de la ciudad vieja desde su llegada tras laexpulsión de España en 1492, una ciudad medieval del siglo XIV construida por laorden de Malta, aunque se conoce presencia judía desde antes de la era común.Los judíos rodeslíes -tal el nombre con que a si mismos se hacen llamar losnativos de la Isla de Rodas en su idioma natal, el judeoespañol- comenzaron asalir de su ciudadela de entre muros buscando horizontes más prometedores a fines del siglo XIX y principios del XX, en tiempos en que el Imperio Otomano cumplía sus últimos días. Así fueron en busca del oro de África, el futuro que lesesperaba en Norte y Sudamérica y de allí al resto del mundo.La población judía fue deportada a los campos de concentración y exterminio enjulio de 1944. Solo 150 sobrevivieron.

La Judería de Rodas


La Judería de Rodas, era el más antiguo barrio judío de la isla griega de
Rodas. Este barrio estaba habitado por judíos sefarditas.Si bien la presencia judía en la isla de Rodas ha existido desde hace más de 2.000 años, los habitantes de La Judería no arribaron sino hasta después de la expulsión de los judíos de España en el siglo XVI. la comunidad judía de la isla vivió próspera y en paz con sus vecinos hasta mediados de los años 30, cuando comenzaron las persecuciones fascistas. En su momento de mayor auge, la población del barrio llegó a ser de unas 4.000 personas.

La Judería de Rodas está ubicada en el este de la
ciudad vieja de Rodas, cercana a un muelle que es usado por los barcos cruceros. El barrio está centrado a lo largo de la Calle Dossiadou, donde se encuentra la sinagoga Kahal Shalom, que es la única de las seis sinagogas de La Judería que aún se encuentra en pie y es la sinagoga en uso más antigua de toda Grecia. Además, entre otro lugares de interés, se encuentra el Museo de la Comunidad Judía de Rodas, la Plaza de los Mártires Judíos, que rinde homenaje a los miembros de la comunidad que perecieron en el Holocausto; esta plaza se encuentra cerca del centro del barrio; también se encuentra la escuela de la Allianza Israelita Universal, el ligar donde se encontraba la sinagoga Gran Kahal y muchas placas en diversos lugares, escritas en ladino y en italiano. Fuera de los límites de La Judería de Rodas, se encuentra el Cementerio Judío de Rodas, que fue inaugurado en el siglo VXI y se considera uno de los cementerios judíos mejor conservados de Europa.


FUENTES:
http://es.wikipedia.org/wiki/La_Juder%C3%ADa_de_Rodas
http://www.rodas.com.ar/english/events/rodas2006/gacetilla_rodas_memoria_y_%20legado.pdf

Rodas: historia


**Dominación otomana
La isla se convirtió en un sandjak del eyalet del archipiélago, bajo autoridad del Kapudan Pasha. La reforma administrativa de
1867 que estableció el wilayet como unidad administrativa superior, divididos en sandjaks y kades, la incluyó en el wilayet del archipiélago, dividido en los sandjaks de Lesbos, Quíos, Lemnos y Rodas, con capital en Quíos. En 1876 la capital del wilayat fue transferida a la ciudad de Rodas.

**Dominación italiana
El
4 de mayo de 1912 un cuerpo expedicionario italiano de seis mil hombres desembarcó en la isla y la ocupó sin resistencia. El wali huyó al continente y la pequeña guarnición se refugió en Psinthos, una fortaleza del interior, que fue ocupada por los italianos el 1 de junio. El tratado de paz de Ouchy (octubre de 1912) estableció la restitución de la isla (y otras islas) a Turquía, pero Italia alegó indemnizaciones por la guerra de los Balcanes y demoró la entrega y ya estalló la primera guerra mundial, al final de la cual el Tratado de Lausana recooció la posesión italiana (24 de julio de 1923).La isla fue ocupada por los ingleses en 1944 y entregada a Grecia el 7 de marzo de 1948.


FUENTE: http://es.wikipedia.org/wiki/Rodas

Rodas: introducción,geografía y situación

INTRODUCCIÓN
La isla de Rodas es la isla griega más extensa del Dodecaneso. La capital de la isla se llama también Rodas y es igualmente la capital del nomo del Dodecaneso.

GEOGRAFÍA Y SITUACIÓN
Rodas se extiende en dirección NE-SO al sur de la costa turca, f
rente a la antigua región de
Caria, de la que la separa un canal de 15 km de anchura. Tiene una longitud de 78 km, su ancho es de 39 km (entre los cabos Monolithos y Lindos) y una extensión global de 1398 km². La distancia que la separa de Atenas es de 490 km.Una cadena montañosa discontinua atraviesa la isla en dirección N-S. El pico más alto se sitúa en la vertiente occidental y se llama Ataviros (1215 m). Rodas no posee grandes corrientes de agua sino más bien torrentes que están en su mayor parte secos durante el verano.La población total de la isla en el año 2000 era de 174.000 habitantes. La de la capital se situaba en 60.000 habitantes.En Rodas se encontraba una estatua de dimensiones extraordinarias. Era una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo y la tradición cuenta que fue destruida tras un terremoto.


FUENTE: http://es.wikipedia.org/wiki/Rodas